viernes, 26 de junio de 2015

Notas de: Filosofía del tocador. Marqués de Sade

En base a la lectura; las parafilias y otros aspectos que logré identificar (no necesariamente en orden) son:

·         Incesto entre Saint Ange y su hermano el Caballero así como entre Eugenia y su madre la Madame de Mistival.
·         Libertinaje de Saint Ange, Dolmancé y el Caballero. Se nota en los 3 personajes sus dificultades para tener un compromiso en pareja.
·         Sospecha de ninfomanía/adicción al sexo o pansexualidad en Saint Ange: “….me gustan todos y todo. Realmente nada me gustaría más que combinar todas las especies bajo el sol, y disfrutarlas juntas”. A pesar de ello toma sus precauciones para eliminar el margen de error en sus planes. Para Saint Ange la ninfomanía y sumisión es algo que toda mujer tiene por naturaleza: “la naturaleza de la mujer consiste en ser lasciva, como la perra; debe pertenecer a todos los que la quieran”.
·         Énfasis en la capacidad eyaculatoria (potencia sexual) y aún más en el tamaño del pene y en su representación fálica. Quien lo enfatiza más es Dolmancé.
·         Reconocen la importancia del clítoris (“Es el causante principal de placer, el manantial del éxtasis”), pero no le da tanta relevancia a comparación del pene.
·         Coprofilia: Sobre todo por parte de Dolmancé al disfrutar ver ingerir restos fecales de alguien más. También el disfrutar de las flatulencias plasmadas en su rostro.
·         Sadismo, masoquismo, dominación y sumisión: Hay una relación master y aprendiz (BDSM) entre Saint Ange y Eguenia, y posteriormente entre Dolmancé y Eugenia. Dolmancé representa al master/amo durante casi toda la historia, aunque en ocasiones Saint Ange se comporta como la master de Eugenia. En una parte de la lectura se puede leer la visión masoquista de Saint Ange: “…la naturaleza nos ha creado de tal forma, que sentimos el placer sólo por medio del dolor”. Saint Ange le enseña a Eugenia a ser masoquista y al final la doncella aprende de Dolmancé a ser sádica e incluso e incluso el aspecto de la dominación. Dolmancé no sólo desempeña el papel de sádico, sino que en ocasiones intercambia al de masoquista (switcher), a pesar de ello, no deja de ser el amo que dirige y domina a toda la orgía. El mayor ejemplo de sadismo se puede observar en las últimas escenas, el placer que les provoca a los personajes la tortura y sometimiento de Madame de Mistival. Antes del final de la historia, Eugenia representa la pura sumisión al tomar el papel de alumna y obedecer todas las ordenes de Saint Ange y Dolmancé; puede decirse que Agustín también toma el rol de un sumiso. Cabe aclarar que si bien hay elementos de BDSM no se desempeña como un juego sexual, sino como una manifestación sexual impuesta; en otras palabras nunca fue un juego puesto que no hubo reglas acordadas.
·         Paidofilia: Eugenia es menor de edad y es justo eso lo que les excita tanto a Saint Ange como a Dolmancé. Tal como en la pedofilia, hay un abuso de poder ya que ambos aprovechan su posición de adultos experimentados sobre la posición de puberta totalmente inexperta de Eugenia. Dolmancé confiesa haber practicado la sodomía recientemente con un niño. En la lectura se puede leer un goce en el aprovechamiento de la inocencia del otro, incluso la que se encuentra en la estupidez como en el caso de Agustín.
·         Eugenia siente una gran atracción hacia Saint Ange (lesbianismo) por sobre todos los demás. Igual tiene relaciones sexuales con todos los demás, pero demuestra un especial interés por Saint Ange.
·         Dolmancé y el Caballero disfrutan más con hombres que con mujeres (homosexualidad), por ello se nombra a sí mismo sodomita.
·         Eugenia es la clásica doncella virgen, que no conoce su propio cuerpo y de educación casta. Tanto a Dolmancé como a Saint Ange les excita la idea de corromperla (o desde su perspectiva liberar) a esa doncella. Posteriormente, Eugenia realmente no se opone demasiado ante esta intención y (como toda una doncella dócil/sumisa) cede.

Mis sentimientos en la lectura fueron ciertamente de disfrute. Leer a Sade es una experiencia única y muy difícilmente replicable. Esa originalidad de expresión y descripción fue lo que más disfruté de mi experiencia durante toda la lectura. Resultó una vivencia muy entretenida, divertida, oscura, reflexiva, crítica, diversa, empática, identificativa, imaginativa y original de leer. Ponerme frente al espejo oscuro que te presenta Sade; un espejo en el que vez lo irracional, impensable pero perfectamente presente en lo más profundo de tu persona. Porque no importa que tan civil uno sea (o se crea), siempre habrá esa fuerza, esa idea, esa fantasía oculta de la noción; misma que si saliera a la luz parecería aberrante, atroz, estúpido, hilarante, excitante y mórbido entre otras (pero nunca indiferente). Esa fuerza, tal cual y propia del inconsciente, no importa cuánto se trate de ocultar siempre estará ahí y no importa cuánto se trate de cumplir siempre será inalcanzable.

No se puede vivir ni muy lejos ni muy cerca del sol.

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